.comment-link {margin-left:.6em;}

Vida y milagros de Funcionarios Sevillanos

Este es el cuaderno de bitácora de una oficina de funcionarios situada al Sur de la Península Ibérica, del Ministerio más importante para el Estado.

Nombre:
Lugar: Sevilla, España, Spain

27.5.04

Día 6, Las cartas de pago

En nuestra oficina a lo largo del día realizamos innumerables cartas de pago para la recaudación de multas y sanciones gubernativas, así como para otros conceptos, este trabajo básicamente es un marrón, por varias razones, la primera hay que atender al público, que como viene a pagar, viene de lo más contento, como lo que tiene que pagar es una multa, viene de lo más contento, como llegar y aparcar cerca de esta oficina es tan fácil, viene de lo más contento... Si a todo esto le unimos el humor que por naturaleza tenemos los funcionarios, el resultado de este cóctel es explosivo. En nuestra oficina la persona encargada de la realización de esta tarea es FMPG, cuando este se ausenta para desayunar, (1 hora), para representación sindical (1 hora), para temas de prevención de riesgos laborales (1 hora), para hablar de lo bien que jugó el Betis (1 hora), para tomar la cervecita de las 13:30 (1 hora), la persona que lo tiene que sustituir no está determinada con lo que la oficina parece un vuelo de buitres alrededor de una presa, pero a la inversa, es decir, todo el mundo desaparece, para no atender esta pesada labor... con el consiguiente cabreo de los jefes intermedios, que están por allí.

Algunas veces verdaderamente si existe un interés en atender el mostrador, sobre todo cuando la persona que está al otro lado es del tipo 90-60-90, o medidas parecidas, entonces todos los hombres, hasta el informático se muestra de lo más gentil, se dan todo tipo de explicaciones, y se ofrecen todo tipo de soluciones al problema planteado, podríamos decir que es en estas ocasiones cuando verdaderamente cumplimos con nuestros objetivos en la oficina.

Ocurren también situaciones más propias de una obra de Miguel Mihura, un poco absurdas y sin sentido alguno, por ejemplo el otro día estábamos todos en una situación casi inerte, contando como transcurrían lo segundos en el reloj, cuando de pronto y sin venir a cuento Libertad, echó una bronca a Srta. Mer. Porque esta estaba poniendo unas fotos en el fondo del escritorio de Güindos, el diálogo fue del siguiente tenor:

-L: ¿No tienes otra cosa que hacer mejor?
-M: ¿porqué lo dices?
-L: Es que te llevas todo el día sin hacer nada (¿?)
-M: Eso no es verdad, he estado haciendo a, b, c, d, etc.
-L: Es que te has llevado una hora y media desayunando, son las 13:00 y hoy no tienes hecho nada aún.
-M: Me estás cabreando, yo hoy si que he hecho cosas, por ejemplo, a, b, c, d, etc. Además no he estado desayunando tanto tiempo.
-L: Eso no es cierto y tu lo sabes, te has llevado más de una hora y media desayunando.
-M: ¿Qué, me estás controlando?
-L: Entre otras esa es mi función, así como conseguir que hagas algo, aparte de poner fotos de tus hijos en la pantalla, que eso si que sabes hacerlo bien...

En estos momentos Srta. Mer. se levanta, lagrimas en la cara, llorando como una magdalena, y se marcha al son de ....me voy a coger una baja por depresión, que me estáis persiguiendo, y entonces si que voy a hacer poco...

Ni que decir tiene que Libertad es jefa de Srta. Mer. y esta le debe respeto y obediencia amen de amigas íntimas, porque se conocen de fuera de la oficina.
Entre tanto el resto del personal mirando cómo degollaban al cordero, y siendo admiradores del espectáculo ajeno.