Día 8, El cabreo.

Hoy estoy cabreado con el mundo, estoy cabreado con los carpinteros, estoy cabreado con los albañiles, estoy cabreado con los electricistas, estoy cabreado con los yeseros, estoy cabreado con los fontaneros, estoy cabreado con los escayolistas, estoy cabreado con los del aire acondicionado, y en definitiva estoy cabreado con todos los H.P. que me tiene la obra paralizada, y sin poderme mudar, porque yo además de funcionario soy persona, que tuvo la feliz idea hace unos años de comprar una parcelita de terreno para en el futuro (ahora) construir una casita, pues bien, la obra comenzó en septiembre de año pasado, estando previsto su finalización para mayo de 2004, y a 1 de junio de 2004 no sólo no se ha acabado, sino que le queda cuando menos tres meses, y estoy cabreado. El calor me está afectando más de lo que habitualmente me afecta, me gustaría coger una machota y “machotar” a todos y cada uno de los que están en la obra, para hacerles una idea del sufrimiento que tengo ahora mismo. En mi casa actual hace un calor espantoso, y para muestra un botón, en un bonito candelabro que tenemos en la planta baja, teníamos tres velas de cera, ayer cuando volvimos del trabajo mi esposa y yo por la tarde las tres velas estaban derretidas sobre la mesa..., necesito mudarme.

Hoy mire a donde mire sólo veo problemas insolucionables, sólo detengo mi mirada para pensar en qué habré hecho yo para merecer esto. Yo era feliz en mi matrimonio...

Así que hoy como se me acerque el cherife soy capaz de hablarle hasta de “tu”. Por cierto que últimamente está muy atacado con el tema de las vacaciones, que aún no hemos decidido cuándo nos vamos de vacaciones, lo que le está produciendo una leve jaqueca. Mañana os comentaré esto de las vacaciones como va.