Día 32, La desesperación

Existen días y días, existen sensaciones que nos producen repugnancia, y otras que nos producen agrado, existe el blanco, y existe el negro; cuando uno lleva más de diez días tumbado boca abajo, tumbado con la cabeza hacia la izquierda o con la cabeza hacia la derecha, y temiendo que llegue el inevitable momento de ir al excusado. Cuanto se lleva una larga temporada de inactividad forzosa, cuando te desvives por poder hacer lo que hacías, cuando te comes las uñas de pura impaciencia, cuando estás que ya no puedes más y crees que vas a explotar, entonces, sólo entonces es cuando aparece con un manto blanco sobre su hombros, como si fuera una divinidad la desesperación.

Ni que decir tiene que después del último post, uds. Se harán una ligerita idea de mi estado, estoy que me subo por las paredes, parece ser que todo va un poco mejor, e igual la semana que viene me incorporo… (ja, ja, ja, como me ponga un poco mejor me algo el medio muerto y va a ir a la oficina Zanani).

De mis compañeros sé poco, ninguno me escribe, ( ¡A VER SI OS DAIS POR ALUDIDOS! SO MAMONEEEEE’S), así que poco o nada les puedo informar, pero por experiencias de trienios anteriores, supongo que ahora se estará hablando de las subidas previstas para el próximo año, deben uds. saber que a finales de este mes de septiembre es cuando el ministro del ramo propone la subida salarial en la ley de presupuestos, y como parece que se oye poco, intuyo que será algo mayor que el tacaño 2% de Ansar.


En cualquier caso les prometo mantenerles informados, que esto de las retribuciones da para varios post.