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Vida y milagros de Funcionarios Sevillanos

Este es el cuaderno de bitácora de una oficina de funcionarios situada al Sur de la Península Ibérica, del Ministerio más importante para el Estado.

Nombre:
Lugar: Sevilla, España, Spain

20.7.04

Día 23,La raja de tu falda

 
Hacía tiempo que no teníamos una polémica tan estéril como la de hoy, resulta que el informático, que es totalmente alternativo, va y se presenta hoy con unos zapatos náuticos, unos pantalones cortos de color ocre, y un polo azul, como si fuera a desembarcar de cualquier yate, sin embargo venía a la oficina, cosa que muchos creen que olvidó esta mañana cuando eligió la vestimenta para venir a trabajar.
 
Inmediatamente, se formó el revuelo, casi todas la chicas de la oficina comenzaron a hacer comentarios sobre las piernas que dejaba ver el informático, sobre si todo lo tenía igual de bien formado, sobre el número de horas  que pasaba en el gimnasio, que si estaban muy morenitas, muy depiladas, muy ..., sin embargo, conforme el comentario venía de una persona que ocupaba un lugar más alto en la jerarquía administrativa este era inversamente proporcional menos inofensivo, hasta que llegó el comentario del Cherife, que en tono muy poco amigable, dijo que eso no era serio, que a la oficina se venía a trabajar, no a exhibir determinadas partes del cuerpo, a lo que el informático contestó que si había algún tipo de uniforme que debían llevar los miembros de esta oficina, que si había algún tipo de normativa sobre vestimenta, que si el hecho de venir con pantalones cortos iba a hace que trabajase menos (aún), que si las chicas podían ponerse sin temor a reprimendas cualquier tipo de faldas o minifaldas, con rajas o sin ellas, porqué él no iba a poder ponerse pantalones cortos, que además cubren mucho más que algunas minifaldas que se han visto en la oficina.
 
Los argumentos del Cherife se quedaron en un amenazante “... bueno como expediente no te puedo abrir, no te preocupes, pero cuando haya ascensos, no creas que todas estas cosas no se van a tener en cuenta...”, demostrando el talante democrático que posee, así como su espíritu cristiano, que perdona y olvida, que no guarda rencor, siempre dispuesto a ponerse en el lugar del prójimo.
 Después de toda esta trifulca, el informático buscó el apoyo legal del sindicalismo obrero, que en esta oficina está representado por J.M., rico en matices, quien no pudo por más que lo intento, dejar de reírse y decir que no tenía de qué temer, puesto que “...ese tipo de personas son como los perros, mucho ladrador pero poco mordedor...”.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Tiene razón hay minifaldas que llevan menos tela que cualquier pantalon corto...eso es verdah y mu verdah... Uno (del blog de la Alfalfa)

2:39 a. m.  

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