Día 33, La vuelta al cole
¡Ya estamos todos aquí,
la afición del Villamarín,
y ahora vamos a saludar
a las ____ del Pizjuán!
Si ya estamos de vuelta, ahora es la buena, porque volver, lo que se dice volver, volvimos el lunes, pero por un ataque grave de la gastroenteritis, tuvimos que volvernos.
Y no cambian mucho las cosas, todo sigue igual, los que están porque están, y los que no están como la Srta. Mer. que sigue enferma. El cherife un poco agobiado, ya se le han descargado las baterías, y parece que comienza a darse cuenta que resulta inútil luchar contra la marea, que siempre te vence; resulta complicado ir contracorriente siempre, no es fácil motivar a un grupo que nada los une, cuya única ambición común en el trabajo es que llegue la hora de salir, y ante los que la amenaza del castigo no existe. Como muchas veces ha reconocido él mismo, en la administración la varita de premiar no existe, y la de castigar es demasiado drástica e ineficaz; creo que todos sabemos que si por él fuera de buena ganas y de un plumazo nos cambiaba a tod@s, como en una partida de poker, a ver si salían mejores cartas, aunque solo fuera en términos generales.
A ver si pasa un huracán y nos cambia de aires, nos despeina y nos despierta, pareciere que estamos todos bajo los efectos de algún potente somnífero, con grandes poderes de dependencia, pues a pesar de que ninguno estamos dónde deseamos, a pesar de que ninguno hacemos lo que queremos, a pesar de los pesares todos volvemos al día siguiente, y si no al otro...
la afición del Villamarín,
y ahora vamos a saludar
a las ____ del Pizjuán!
Si ya estamos de vuelta, ahora es la buena, porque volver, lo que se dice volver, volvimos el lunes, pero por un ataque grave de la gastroenteritis, tuvimos que volvernos.
Y no cambian mucho las cosas, todo sigue igual, los que están porque están, y los que no están como la Srta. Mer. que sigue enferma. El cherife un poco agobiado, ya se le han descargado las baterías, y parece que comienza a darse cuenta que resulta inútil luchar contra la marea, que siempre te vence; resulta complicado ir contracorriente siempre, no es fácil motivar a un grupo que nada los une, cuya única ambición común en el trabajo es que llegue la hora de salir, y ante los que la amenaza del castigo no existe. Como muchas veces ha reconocido él mismo, en la administración la varita de premiar no existe, y la de castigar es demasiado drástica e ineficaz; creo que todos sabemos que si por él fuera de buena ganas y de un plumazo nos cambiaba a tod@s, como en una partida de poker, a ver si salían mejores cartas, aunque solo fuera en términos generales.
A ver si pasa un huracán y nos cambia de aires, nos despeina y nos despierta, pareciere que estamos todos bajo los efectos de algún potente somnífero, con grandes poderes de dependencia, pues a pesar de que ninguno estamos dónde deseamos, a pesar de que ninguno hacemos lo que queremos, a pesar de los pesares todos volvemos al día siguiente, y si no al otro...
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