Día 34, La gota

Aún no hemos tenido tiempo de asimilar algunas cosas que uno jamás cree verá u oirá de algunas personas, sin ir más lejos ayer el Cherife nos sorprendió a más de tres con un detalle de su excelsa educación, y su suma consideración hacia las personas que tiene bajo su “mando”, la cosa comenzó cuando la Srta. J. y la Ro fueron a solicitarles un permiso de tres días por toma de posesión (días que habían perdido por hacer dicha toma de posesión en agosto, cuando estaban de vacaciones y “desconocer” que tenían derecho a esos tres días), el Cherife en un intento de no poner trabas dio su consentimiento, y sólo puso como condición que los tomasen cuando menos “daño” hicieran al departamento de cada una de ellas, bueno pues como se veía que estaba de buen humor, el informático, al que aún quedan 8 días hábiles de vacaciones, aprovechó y decidió que este (por el buen humor) era el momento de pedirlos, y que como el pilar cae en martes, el lunes se lo pide de mudanza, con lo que monta un megasuperpuente desde el día 8/10 hasta el 25/10 (16 días sin aparecer por la oficina), a lo que el Cherife resignado dio su consentimiento, momento este que aprovecha la Sustituta del Informático para informar al Cherife de que como le quedan aún 7 días hábiles, se va a coger desde el 12 hasta el 22 también de octubre, y esta fue la gota, la gota que colmó el vaso de su paciencia, pues la respuesta no se hizo esperar, y en presencia de todos, del siguiente tenor fue su conversación con los allí presentes:

-Ch: “... desde luego sois una partida de vagos leguleyos”

-I: no hacemos más que hacer uso de nuestros derechos.

-Ch: Derechos?, derechos vais a decir?, si nada más que hacéis exprimir el limón, y apretar más que los tornillos de un submarino.

SI: Hombre no te pongas así, que a mi todavía me queda decirte que desde final de mes hasta diciembre voy a estar de nuevo de baja por mi operación.

-Ch: lo vais a conseguir, cualquier día de estos vais a conseguir que os mande a todos [cito textualmente] a tomar por culo...

Evidentemente desde ese momento perdió todo vestigio de buen humor que le quedaba en el cuerpo para el resto de la semana, marchándose a su despacho cabizbajo y con un cabreo de mil demonios.

Nosotros sin embargo, nos quedamos muy sorprendidos, ya que jamás nos habían tratado así, al menos en público, y para quitarle hierro al asunto, comenzamos a hacer bromas de tipo, ea, ya se ha roto la veda, ya podemos mandar a tomar por culo al jefe, pues el que da, es porque está dispuesto a recibir, mañana si nos hartamos podemos decir Cherife no me hagas hacer más, vete a tomar por culo...