Día 21, Una fresquita
Una fresquita puede ser una rubia dentro de un trozo de vidrio con forma circular y alargada, que se ingiere y que en altas cantidades puede producir trastornos cognitivos, una fresquita puede ser una muchacha ligerita de ropa y de más cosas, y que puede producir también trastornos, pero estos no necesariamente cognitivos, y también una fresquita puede ser la crónica que nos llega desde ese pueblo con nombre de otros tiempos, que es Barbate, (de franco), en esta ocasión nos la firma el Informático, que nos cuenta que este fin de semana ha estado en esa gaditana localidad, que el tiempo ha sido inmejorable, que el sol estaba radiante, que las temperaturas eran suaves, y la ligera brisa de poniente hacía el resto. Que todos estos elementos han hecho que haya podido salir a navegar en compañía de su familia, y que como en la oficina se ha llevado todo el tiempo reinicializando, es decir, que el motor de su embarcación se quedaba colgado, y que tras pararlo y volverlo a arrancar volvía a funcionar correctamente, nos decía que el motor debía tener algún componente de intel, y mucho de Microsoft, mucho windows, que siempre está así como colgado, que esto de los cuelgues pueden llegar a ser divertidos en la oficina, sobre todo cuando se le queda colgado el ordenador al Cherife, con un informe que no había guardado, pero que en el mar y con la responsabilidad de varias personas a su cargo, la cosa comienza a tener tintes trágicos, que navegando vieron como un pez se suicidaba, literalmente, nos cuenta que saltó del mar hacia dentro de la embarcación y que por la falta de H2O se murió. Nos cuenta que estuvo viendo el acantilado que va desde la playa de la Hierbabuena hasta los Caños de la Meca, esto es, El Parque natural de la marisma y breña de Barbate, que según cuenta merece la pena verlo, tanto desde el mar, como desde tierra, nos cuenta que como practicante de la pesca submarina ecológica, sólo pescó un pez, un “borriquete”, que según él debía pesar unos 500 gramos, aunque conociendo a todos los pescadores seguramente pesaría bastante menos, también nos cuenta lo bonitos que son los fondos marinos de esa zona, y la abundante flora y fauna que tiene, que vio una morena (muraena helena) pequeñita, que ha visto corales naranjas vivos, que al parecer son autóctonos de la zona, y por supuesto pequeños sargos y lisas, que al parecer tienen poco interés. También nos cuenta que se desarrollaba en la localidad este fin de semana alguna prueba del campeonato de España de Balonmano Playa, y que los de Telefónica movistar tenían montado un espectáculo impresionante, que nunca ha visto tanta gente en esa playa, que parece que el pueblo comienza a darse cuenta que la pesca se terminó, que el contrabando se acaba pagando, y que la única vía que le queda es la explotación económica del turismo, pero que tiene un alcalde que palabras textuales dice de él mismo “... pero si yo soy fotógrafo...” cuando alguien le plante algún tipo de iniciativa, y que muchos de sus ciudadanos se quejan de que el proyecto del hermanísimo de España (de nombre Juan y de apellido Guerra) no saliese adelante, porque si hubiese salido se hubieran creado infraestructuras turísticas que ahora, mal y tarde, se están creando. Nos cuenta que cuando volvía se dio cuenta de lo que dejaba atrás, porque al llegar a la capital y abrir las ventanillas del frigorífico, digo coche, notó el cambio climático, y que quería volver a la fresquita...
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